Descubren que Don Alejandro tiene un ambicioso plan para el pueblo que incluye un enorme complejo turístico, y que hay una conexión entre la empresa constructora y Don Alejandro, que parece que va a sacar pingües beneficios del gran proyecto urbanístico.

Lorenzo y Juana vuelven a San Martín. Lorenzo se ha tenido que prejubilar de forma abrupta para solucionar sus problemillas con la justicia. Y no sabe qué hacer con su tiempo, se aburre tremendamente. Intenta ayudar a Juana en la tienda, pero es un desastre. Así que, cuando se le presenta la oportunidad de ayudar a Mateo y a Adriana en su investigación, se vuelca.

Adriana y Elena se van a casar y les adjudican el mismo día para la ceremonia en la iglesia. Elena intenta tomárselo con naturalidad, pero no puede evitar sentirse celosa de Adriana, pues se teme que su amiga pueda ensombrecer y quitarle protagonismo en el día más importante de su vida.

Alfredo, Elena, Nico y Adriana deben someterse a un cursillo prematrimonial para poder casarse, y tendrán que aparentar una vida pura y exenta de pecados ante las autoridades eclesiásticas.