San Martín se prepara para su tradicional partido de fútbol contra San Frutos, aunque tradición es también que el equipo contrario gane siempre los encuentros. Ante las dificultades para formar el equipo, Pepe se ofrece a jugar, pero Adriana cree que su padre está demasiado para mayor para esos trotes y le pide a Mateo que le quite a Pepe la idea de la cabeza.

Ante la inminente llegada del bebé de Carol y Mario, Covadonga (la madre de Carol) no se despega de su hija y planea instalarse en su casa. Pero eso significa el infierno para Mario, que sufre constantes humillaciones por parte de su suegra. Mario se desespera al comprobar que Carol es incapaz de mantener a su madre al margen.

Ana mantiene a la vez una relación con Riqui y otra con David, y cuando éstos lo descubren, Ana les dice, con toda naturalidad, que no quiere renunciar a ninguno de los dos.