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¿Lo habías descubierto?

Las 10 curiosidades sobre los dos primeros capítulos de 'El cuento de la criada'

'El cuento de la criada' ha llegado a nuestros televisores y ahora, todo el mundo se quiere sumerger en la República de Gilead para entender el por qué de este nuevo mundo tan cruel e inquietante.

Durante la emisión de los dos primeros capítulos, hemos analizado 10 curiosidades que posiblemente no te habías percatado o, no habías entendido al 100%. Pincha en el vídeo y podrás descubrir las ideas con las que ha comenzado la exitosa serie. ¡No te lo pierdas!

1. En el mundo de Gilead se rige por la perversa mitología de sus tradiciones y rituales basados en las Escrituras del Antiguo Testamento. Una teología que ha creado un mundo en el que está prohibido pensar y los intercambios verbales están predeterminados. Por eso escuchamos (y seguiremos escuchando) frases como: "Con su mirada", "Alabado sea", "Si mi ojo derecho te ofende, arráncalo", "Bendito sea el fruto", "El Señor permita que madure", "La Paz sea contigo" o "Bienaventurados los mansos", entre otros.

2. El nombre asignado a las criadas se forma con el prefijo 'De' (en inglés 'Of') y el primer nombre del comandante al que sirven, de este modo se identifica que pertenecen al hombre de la casa: Defred, Deglen...

3. En el libro nunca se revela el verdadero nombre de Defred. Es a través de un pasaje del libro que se ha trasladado a la serie de televisión el nombre de June (June Osborne).

4. En el libro, Serena Joy y el comandante Waterford, son mucho mayores que Defred, pero en la serie son casi de la misma edad para que las dos mujeres de la casa Waterford estuvieran en competición directa.

5. En el primer episodio, Margaret Atwood realiza un cameo en el Centro Rojo. La escritora interpreta a la Tía que abofetea a Defred cuando se niega a señalar a Janine por sus pecados.

6. Las actrices no veían nada durante el rodaje con los trajes de criada. Por culpa de los tocados enormes, no las dejaban ver nada y tenían que orientarse por el sonido de la voz de sus compañeros de reparto.

7. Las mujeres no pueden leer y escribir en Gilead (excepto las Tías en ocasiones puntuales). Es por ello que vemos en el supermercado productos y carteles con ausencia de texto. Así se muestra hasta qué punto la palabra escrita ha desaparecido para las mujeres.

8. ¿Por qué dice Defred que los cristales de su ventana son irrompibles? La criada asegura que no es para escaparse, esto es debido a que impiden el suicidio de las sirvientas. Las criadas están observadas continuamente y es cruel observar los horrores que tienen que soportar para que el suicidio sea un anhelo para ellas.

9. "Sé que todo esto os debe parecer muy extraño. Pero lo ordinario es aquello a lo que te acostumbras. Puede que esto no os parezca ordinario ahora, pero después de un tiempo, lo será". Tía Lydia. Esta frase aterroriza porque es la gran verdad que utilizan las Tías para adoctrinar a las criadas. Lo que quiere decir es que si el ser humano se acostumbra a una situación, todo se normaliza. Saben que el mundo ha cambiado pero que ahora puede ser algo normal si ellas se acostumbran a ello.

10. Lo último y no menos importante: durante los dos primeros capítulos hemos visto tres rituales de lo más inquietantes:

  • LA CEREMONIA: La cita mensual (en el día fértil) para violar a las criadas en el nombre de Dios. Un acto brutal en el que observamos como Defred y Serena, de formas muy distintas, tienen que sufrir periódicamente el recordatorio de que son mujeres como una condena. Porque en Gilead poseer ovarios y útero, funcionales o no, es lo que las define.
  • LA SALVACIÓN (LA PARTICICUCIÓN): un retorcido ritual en el que se les permite a las criadas ser libres durante unos segundos para hacer 'justicia' con los condenados. Lo retorcido es el discurso: el sistema dice que las protege de los males del mundo pero las convierte en cómplices de sus horrores. La energía que genera su violencia es la tortura a las que ellas son sometidas.
  • EL NACIMIENTO: En el segundo episodio, presenciamos el rito del parto de Janine. Otra manifestación de la locura reinante porque, la criada sufre el momento del parto y, paralelamente, la esposa simula contracciones. Cuando llega el momento, criada y esposa se sientan en la silla doble y gritan al unísono como si fueran un solo ser. Automáticamente, el bebé es arrebatado a la criada y entregado a la esposa como suyo propio.

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