Los bandoleros están desesperados porque apenas les queda dinero, ni víveres. Carranza pide a Juan que se disfrace de marqués y vaya a Arazana a investigar. En la posada, Juan, por mediación de Olmedo, se entera de un cargamento valioso, obras de arte, que llegará al pueblo en breve. Los bandidos acuerdan que ese sea su objetivo, y su último golpe, aunque hay algo que les preocupa, la inminente boda entre Sara y el teniente Romero.

Sara y Miguel están nerviosos con los preparativos de la boda. Flor ayuda a la inglesa mientras que Morales se emociona al ser designado padrino del novio.

Juanito es quien más afectado está por el fallecimiento de Tomás.