Laura Blasco está ilusionada con la próxima apertura de la droguería y con la llegada de Julián Madariaga, abogado y amigo de la infancia. Juana no puede disimular el disgusto que tiene por cómo van las cosas en Químicas Blasco y las discusiones que mantiene con su marido son frecuentes.

En El Asturiano, Marcelino anda preocupado porque necesita dinero para pagar los cuidados hospitalarios que precisa Manolita, ingresada en una clínica, fuera de Madrid. Además, tanto Pelayo como él se sienten arrepentidos por haber traspasado el hostal a una mujer que parece no tener escrúpulos y responde al nombre de Benigna.

Ante el poco trabajo que hay en la agencia de detectives, Asun decide buscar algún empleo fuera. Bonilla le ayudará a ello. Víctor Reyes es el dueño del Café que lleva su nombre. Lleva abierto poco tiempo en el barrio y las perspectivas económicas no son buenas, pero lo que más preocupa a Víctor es la irrupción en su vida del Inspector Ortega, un viejo conocido.