Laura es ayudada por Ismael para preparar la nueva línea de publicidad de la droguería, algo que no es del agrado de Juana, que por otra parte, se ve obligada a poner en su sitio a Parrandizabal.

Pepa, llevada por sus miserables circunstancias familiares, parece que no va a tener más remedio que aceptar la propuesta del mezquino negocio de Benigna.

El incidente protagonizado por Pepa, alarma a Serafina, que ve claro que las condiciones del hostal son muy poco adecuadas para su díscola hija Lucía, por lo que deciden marcharse y buscar un nuevo alojamiento en el barrio.