Elena logra quedarse en casa de Diego y recibe una paliza de Jero y los hombres de Méndez, mientras que Augusto y Valeria cada vez se sienten más unidos. Hasta que Valeria se entera y se encara a su marido exigiendo explicaciones y responsabilidades.

Todo parece inútil para salvar a Pelayo, pero hay indicios de que va a salir. Marcelino decide ir a buscarle a la salida anunciada de la prisión pero Pelayo no sale. Cuando ya lo dan todo por perdido, Pelayo vuelve libre.

Héctor decide no compartir con su mujer el problema que arrastra Bonilla. Y, mientras Asunción traba amistad con la esposa del comisario, Héctor acompaña a Bonilla a una clínica de desintoxicación.