Marina hace todo lo que puede para evitar que doña Antonia venda los ultramarinos. En una emocionante muestra de generosidad, el barrio entero se muestra dispuesto a apoyar a Pelayo. A Rubén no le gusta nada el modo en que han organizado el viaje a Israel en la Puntual y Tomás se encuentra muy apurado ante tal situación puesto que su inglés es suficientemente bueno. Daniel y Pelayo son liberados.