Tras renunciar a la dirección del macro proyecto, Diego y Valeria disfrutan de una merecida calma mientras hacen planes de futuro.

Un nuevo desmayo de Manolita lleva a Marcelino a confesarle a Pelayo la realidad sobre la precaria salud de su mujer: Manolita tiene una anemia severa.

Bonilla no pierde la esperanza de que Héctor y Asunción se reconcilien. Cree lograr un acercamiento al comprar un disfraz de romano para Jesús.

Juana ordena a Aquilino que impida la venta del local que Damián y Laura están a punto de comprar. La venta se trunca, pero Damián sabe que Laura no se dará por vencida.