Elena y Filo, ésta marchándose temporalmente de casa, aconsejan a Diego olvidar a Valeria para salir del círculo de autodestrucción en el que se encuentra; Diego niega que su conducta tenga que ver con Valeria.

A Valeria, Faustino le pide una comisión exorbitada por su contrato y parece que Valeria tendrá que cerrar el negocio. Augusto trata de seducirla para que abandone su actividad. Pero Valeria, aun perdiendo dinero, seguirá adelante con el taller.

Don Patricio y el Taurino se han fugado con el dinero, lo que pone en peligro a los detectives…

Pelayo rompe el precinto de El Asturiano y comienza a despachar. Cuando se presenta la policía se entrega valerosamente pero sólo vienen a comunicarle la reapertura del local.