Lucía y Américo no encuentran el momento para intimar

Aquilino, encerrado en el calabozo cautelarmente, recibe la visita de Juana, a quien confiesa todo lo sucedido con Cristina y cómo ésta engañó a Ismael para sacarle dinero.

Víctor, angustiado por la detención de Benjamín, busca de nuevo la ayuda de Bonilla para averiguar dónde está retenido y los cargos de que se le acusan.

Lucía y Américo no encuentran el momento para intimar pese a que los dos lo están deseando.

Pelayo compra muchas chocolatinas para participar en un concurso que tiene como premio un viaje a París.

Fortunato defiende a Encarna de un cliente grosero dándole un derechazo que lo deja inconsciente. Fortunato, aterrorizado, huye.