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Pat y Sam buscan una caravana sin váter para vivir, ya que los gitanos no lo usan porque no les parece higiénico. Realizan una fiesta por la comunión ya que quieren mantener las tradiciones, los niños no paran de bailar y pasarlo bien.

La última creación de la modista Thelma Madin es para la boda de Sam y Pat, un gitano y una no gitana. Para mostrar sus credenciales gitanas, Sam ha encargado un vestido de novia que supere a todos. En el vestido hay luces ultravioletas, lo difícil es esconder las pilas. Al entrar con ese vestido parecerá más nómada que las propias gitanas.

En raras ocasiones se juntan payos y gitanos, en este caso si se han unido para ver la boda de Pat y Sam. La celebración continúa en el club social de la zona. Tras apagar la luz, aparece la novia con todas las luces del vestido encendidas. Pat se siente el hombre más afortunado del mundo, y Sam se siente también la más afortunada.

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