Durante el programa comediantes de prestigio se ven sometidos a juegos que ponen a prueba su ingenio, capacidad humorística y reflejos para provocar la risa.

Cada semana, Arturo Valls invita a ocho cómicos diferentes que realizarán un show único ante un público de más de 300 personas. Protagonizan sketches sabiendo cómo empiezan, pero no cómo terminan. Interpretan personajes que varían sobre la marcha, bailan músicas que cambian súbitamente, y se ven dentro de decorados a oscuras, en escenarios tan inclinados como una escalera o directamente volcados en el suelo.