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JOAN VILA, ACUSADO DE 11 CRÍMENES

El retrato de un asesino en serie

Ha confesado haber matado a 11 ancianas de la residencia de La Caritat de Olot donde ejercía como celador. Nadie hubiera nunca sospechado de él pero lo cierto es que Joan Vila llevaba 20 años en tratamiento psiquiátrico.

Joan Vila nació en un pequeño pueblo del interior de Girona. Dicen que, de adolescente, era retraído y tímido. Nunca se le conoció relación sentimental alguna y hasta los 45 años vivió con sus padres. Era hijo único.

Con poco más de 20 años decide estudiar peluquería y, a los 23 monta su propio negocio en Figueres, pero resultaría un fracaso. A partir de entonces, pasaría por todo un rosario de empleos. Pero algo empezaba a pasar en su cabeza. A los 25 años acudió por vez primera a la consulta de un psiquiatra. Tenía dificultades para retener lo que leía y decía sentir miedo ante las aglomeraciones.

Se volvió inestable e inseguro, acomplejado incluso por una homosexualidad que no terminaba de asumir. Empezó a hacer cursos de todo tipo: quiromasaje, cocina, o sastrería, incluso recibió clases para convertirse en auxiliar de clínica, algo que también acabaría abandonando. Es entonces cuando comienza su particular periplo como camarero en distintos locales catalanes.

Cambia de psiquiatra y por fin, confiesa abiertamente la obsesión que le acompañaría durante toda la vida: su temblor de manos. Un problema que dicen, sólo veía él, pero que a él le martirizaba. Ansiedad, insomnio, pérdida de control, problemas para controlar su peso, angustia, agobio, formaban parte de su día a día. Sobrepasado por las circunstancias probó suerte con un tercer profesional de la pisquiatria. A sus 34 años seguía obsesionándose, sufría crisis de pánico y tenía muy baja autoestima.

En 2005 empezó a trabajar con ancianos. Primero durante 8 meses en una residencia geriátrica catalana donde se convirtió en el preferido de los mayores, después en La Caritat, en Olot donde llevaría a cabo su truculenta cadena de asesinatos. Vila fué tratado por psiquiatras durante 20 años, pero ninguno le diagnosticó un perfil homicida. Nadie podía imaginar que aquél chico bueno del pueblo se acabaría convirtiendo en un asesino en serie.

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