Liberia viaja desde Alicante a Sevilla, va a reencoontrarse con Sor Juana Alonso, la religiosa que hace 48 años aprobó su adopción. "Tengo ganas de saber la verdad, voy con el ánimo abierto", asegura a su llegada a la estación del AVE. "Mi madre me llevó a la Casa Cuna porque éramos siete hermanos, yo la pequeña, y en esa época una mujer viuda con tanta familia no era fácil de llevar", reconoce Liberia.

Cuando Liberia y Sor Juana Alonso se encuentran se produce un frío beso entre ambas. "No recuerdo nada de tu adopción" dice la religiosa. Liberia le hace recordar, "usted me dio en adopción con ocho años. Me llevó a su despacho y me dijo que me olvidara de mi familia. Mi madre lo pasó realmente mal. Iba todos los días a la Casa Cuna para preguntar por mí. Hasta que un día usted le dijo que se olvidara de mí, que donde yo había ido estaba mejor que en mi casa", sentencia Liberia.

"Te pido perdón de verdad y olvida", dice Sor Juana, a lo que Liberia le responde que a quien debe pedir perdón es a Dios.