Piden que no rebajen la pena al asesino de Mónica Carrión

El informe forense de Mónica Carrión no pudo reflejar mejor la brutal paliza que recibió la joven de 18 años pues refleja más de 200 lesiones por todo el cuerpo. Lo hizo su novio de 21. Mónica y Javier llevaban saliendo más de año y medio e incluso habían vivido unos meses juntos. Aunque la convivencia no funcionó, la pareja seguía viéndose y Javier llegó a trabajar en el bar propiedad de los padres de Mónica. El carácter celoso y posesivo de Javier hizo que la relación fuese empeorando.

El 19 julio de 2011, tras terminar su jornada laboral en el bar, Javier recoge a Mónica para pasar la tarde juntos. Llegada la noche, lleva a la joven a una zona despoblada donde aparca el vehículo. Allí discuten y es entonces cuando su novio comienza a golpearla brutalmente y a arañarla por todo el cuerpo. Cuando Mónica consigue zafarse y salir del coche el agresor, valiéndose de un objeto contundente, sigue agrediéndola hasta que se desploma en el suelo.

Así narra la fiscalía en su escrito la mortal paliza. Un crudo relato donde el acusado la abandona en el suelo. Ella agonizante, llega a decirle que le quiere. En ese momento, su novio la monta en el coche y la traslada al hospital. A su llegada al centro sanitario llamará al padre de la joven para decir que ambos habían sido víctimas de un atraco. 
A pesar de la agresividad del acusado, de la brutalidad de la paliza, este hecho, el traslado al hospital le valió una rebaja de su condena. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía consideró que Javier, trató de reparar el daño y por ello bajó la pena de 23 a 20 años. Pero Mónica ingresó en el centro sanitario, cadáver. Era imposible salvarle la vida. Según los padres de la víctima, lo que el agresor buscó con el traslado al hospital fue una coartada y por ello piden que cumpla íntegramente los 23 años a los que fue condenado.