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TRÁFICO DE NIÑOS

"No me parezco a nadie de mi familia, quiero conocer mis orígenes"

Mari Carmen es una mujer valiente. Ella era uno de los 28 bebés comprados entre los años 1970 y 1980 en el seno de una trama internacional de tráfico de personas que recientemente ha desarticulado la Guardia Civil gracias a un reportaje de Espejo Público.

Las razones por las que Mari Carmen siempre sospechó que había algo raro en su vida son obvias. "No me parezco a nadie de mi familia. En el colegio, los niños ya te lo decían, te insultaban, te llamaban negra y decían que eras adoptada. Mis padres me decían que no hiciera caso, pero todo el mundo lo sabía".

Acaba de dar un paso muy importante y es el de ponerle cara a las víctimas de uno de los tráficos de niños que existían en los años 70 y 80 en España. "Nadie se atreve a dar la cara porque la intermediaria, que vive todavía en onteniente, nos amenazó", asegura. De hecho, ella está convencida que, tras aparecer en espejo Público, la van a amenazar.

Es la primera vez que se identifica toda la trama. Una organización delictiva que sacaba recién nacidos de Melilla y Marruecos con destino la península. La Guardia civil ha investigado durante un año y medio. Conocíamos a la intermediaria que captaba los compradores en Ontinyent, en Alicante. Ahora también conocemos a quienes se encargaban de conseguir la mercancía, los bebés. "Eran tres hermanas nacidas en Tetuán las que se encargaban de todo", dice la Guardia Civil.

"Las personas que captaban tenían un perfil claro. Provenían del barrio del real y se dedicaban en unos casos a la prostitución y en otros a las labores del hogar". El el barrio del real todavía hay prostitución, no tan ta como en aquella época. Por cada bebé, la organización conseguía entre 200.000 y 1.000.000 de pesetas, dependiendo de las posibilidades de la familia. A las madres biológicas les pagaban una minucía.

¿Quienes eran esas personas que se lucraron y traficaron con bebés?. Los papeles falsificados nos ponen sobre la pista. Algunos nombres se repiten como la madrinas. Josefa Recas Mariscal, es una de las hermanas, la otra se llama Luciana y la tercera se convirtió al islam y cambió su nombre por el de Fátima Manuchi. Sólo vive una de ellas Josefa que fue llamada a declarar el pasado mes de marzo.

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