La relación entre Emiliano y Elena Ferrer, padres de Hugo, se rompe cuando el niño cumple cinco años. La pareja pasa un mal momento y Emiliano plantea la separación. Entonces comienza su calvario. Recibe un correo electrónico de su mujer con estas amenazas:

“No sigas llamando, que no te voy a coger el teléfono y no vas a poder hablar con el niño. Yo sé que para ti Hugo es tu vida. Para mí es una carga, pero voy a hacer lo imposible para quedármelo y llevármelo a Perú para siempre. Así que vete acostumbrando a estar sin él, porque te voy a hacer todo el daño posible con eso y vete preparando dinerito.

Voy a hacerte la vida imposible. Ya mentí para acusarte de malos tratos, no me importa seguir mintiendo. Además, el niño se lo suelen dar a las madres, que ya me han informado. Prepárate, que te voy a hacer una vida llena de sufrimiento. Y que sepas que ya tengo otros hombres en mi vida. Vas a llorar hasta que no tengas lágrimas en tus ojos.”

Emiliano lleva cuatro años luchando en los tribunales de Perú para recuperar a Hugo. Durante este tiempo ha podido verlo solo una vez. Durante unos minutos, hace diez meses.

Este padre ya tiene una sentencia de un tribunal peruano que ordena que le entreguen de manera inmediata a su hijo, que fue sustraído ilegalmente por la madre. Pero el fallo ha sido recurrido y la justicia peruana lleva casi un año resolviendo. Emiliano vive entre sobresaltos y amenazas, hace unas semanas recibió una llamada de teléfono. Era la madre de su ex pareja y le amenazó de muerte.