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FALSO CULPABLE

"Nuestro hijo es inocente, tenemos pruebas pero no las aceptan"

Fernando está cumpliendo condena por robo con violencia, pero hay pruebas y declaraciones que demuestran lo contrario. Él está en la cárcel de Villena, Alicante donde va a trasladarse José Bretón.

Fernando Muñoz, el joven alicantino condenado a más de 10 años que defiende su inocencia e hizo una huelga de hambre hace unos meses, fue trasladado ayer a los juzgados de Alicante desde el centro penitenciario de Villena para ratificar una querella por falso testimonio que ha presentado contra las tres mujeres que le identificaron en el juicio como uno de los tres autores del robo con violencia que sufrieron.

La ratificación de esta querella coincidió ayer con un revés judicial para Fernando y su familia en la lucha que mantienen para demostrar la inocencia del joven. La Fiscalía del Tribunal Supremo ha informado en contra de la revisión de la sentencia solicitada por al abogado de Fernando, Santiago Talavera.

Pese a contar con más de 100.000 firmas que respaldan esta petición de revisión, la Fiscalía entiende que la demostración de que dos días antes de los robos se denunció el hurto del móvil de Fernando prueba que le vinculaba a los hechos enjuiciados al aparecer en una cuneta cerca de un bolso sustraído no basta para probar su inocencia. Además, la Fiscalía reitera que el Supremo no puede convertirse en una tercera instancia y no puede entrar a valorar pruebas que ya han sido evaluadas en un juzgado de lo Penal de Alicante y posteriormente en la Audiencia.

El Supremo, tras conocer el informe del fiscal, tendrá que pronunciarse ahora sobre la petición de revisión del caso Fernando, solicitud respaldada ya por más de 100.000 personas, por el Ayuntamiento de Alicante y por el Colegio de Abogados.

Mientras el Alto Tribunal se decide, el joven Fernando Muñoz fue trasladado ayer desde la cárcel de Villena hasta los juzgados de Benalúa en Alicante para ratificar la querella presentada el pasado mes de julio por su abogado, Santiago Talavera. La querella va dirigida contra tres mujeres que iban en uno de los coches asaltados la misma noche por tres jóvenes que iban simulando accidentes.

El abogado señala en la querella que el testimonio de las tres testigos en la vista oral que fue determinante para dictar la sentencia condenatoria, junto con la prueba del móvil ahora desvirtuado «queda como poco en entredicho». Dichas mujeres identificaron a Fernando el día del juicio, pero cuando acudieron a los juzgados de Alicante solo dos meses después de los hechos no lo hicieron.

Una de ellas, según se recoge en la querella, reconoció a uno de los condenados posteriormente y dudó entre Fernando y otra persona que estaba en la rueda de reconocimiento, pero al final identificó a ésta última. Las otras dos querelladas no solo no señalaron a Fernando, sino que identificaron como autor a otras personas ajena a los hechos, añade el escrito presentado por el letrado Santiago Talavera.

Por otro lado, la mujer que conducía el coche la madrugada del 21 de febrero de 2010 cuando sufrieron el robo en Alicante aseguró en su comparecencia en la comisaría de Elda que estaba acompañada de tres amigas. Sin embargo, la cuarta mujer «por arte de magia desaparece de la memoria» de las tres testigos denunciadas.

La descripción que realizó en un primer momento la conductora sobre los autores pelo moreno y piel morena no coincidía con las características físicas de Fernando, que en aquella época tenía el pelo rubio. Sorprendentemente, esa misma mujer en el juicio reconoció «al rubio».

En la querella se recoge también las confesiones que han realizado los presos que exculpan a Fernando Muñoz, así como las gestiones realizadas por el director y el subdirector de la cárcel de Villena que permitieron identificar a los presuntos autores de los asaltos.

También se han incluido las manifestaciones realizadas ante notario por los padres y otros familiares del joven condenado, que «fueron obviados de forma incomprensible» por la anterior defensa de Fernando, que «desestimó hacerlos valer en sala». Entre las declaraciones que no se escucharon en el juicio destacan la de los padres, un matrimonio y el hermano pequeño, los cuales corroboraron que la noche del robo estaba en el domicilio familiar.

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