Para Manuel Díaz "El Cordobés" su cita hace díez días en la Monumental de Barcelona era muy importante. Pero su celo ante el toro le llevó a abrir, en lugar de la puerta grande, la de la enfermería. El torero admite "haberse confiado en exceso", y el segundo de la tarde, de la ganadería de Juan Pedro Domecq, le dió un tremendo revolcón que le partió la nariz.