Hugo no esperaba que su pareja, un joven de 19 años, fuera capaz de golpearle con saña hasta la extenuación. Asegura que eran la pareja perfecta, y levaban 15 meses viviendo juntos. Sólo la intervención del abuelo de Hugo, un hombre de 80 años, evitó una verdadera tragedia.

Tras la paliza, a Hugo le han tenido que operar y colocar sendas placas en la cara, pero sin duda, lo pero son las secuelas psicológicas que esta agresión le ha provocado. A pesar de haber denunciado a su pareja, Hugo vive apenas a 500 metros de él y tiene miedo de volver a encontrárselo por la calle.

Hugo solicitó una orden de alejamiento, pero, al tratarse de una pareja homosexual, no está amparada por la violencia de género. El caso se tramitará como una agresión de violencia doméstica.