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EL ORIGEN DE LA FORTUNA DE LOS RATO

Historia de los Rato: De la cúspide económica a la detención por blanqueo

Cuentan que Rato tiene una obsesión: no acabar en la cárcel como le pasó a su padre, uno de los pocos empresarios condenados durante el franquismo por evasion de capitales. Espejo Público ha echado la vista atrás y hemos profundizado en los orígenes del patrimoinio familiar

Las pistas sobre la fortuna familiar de los Rato tienen su origen en la Asturias preindustrial y en el dinero que un antepasado trajo de Cuba. El abuelo de Rodrigo, Faustino Rodriguez San Pedro llega a ser Ministro de Hacienda e instrucción pública. Senador y en 1890 Alcalde de Madrid. Tambien preside le empresa de Ferrocarriles del norte. Todo ese dinero confluye en su hijo Ramón de Rato y Rodriguez Sampedro que por casamiento entronca con los Figaredo, otra dinastia asturiana vinculada a la minería y la industria. Simpatizante del régimen franquista, tras la guerra civil, Ramón entra en el negocio bancario. Precisamente ahí llegan las primeras irregularidades conocidas al clan familiar.

"Empezando por el episodio de su padre en la carcel, de un banco y de su propio hermano". Se refiere, el periodista Jesús Cacho, al Banco de Siero que los Rato usan para evadir capitales, 70 millones de pesetas, con dirección a Suiza a través de una sucursal en Ginebra. El patriarca es condenado a 3 años de cárcel y 176 millones de multa. Su primogenito, que ya se ha incorporado a los negocios familiares, cumplirá dos años de prision.

La otra pata del imperio Rato se labra en las Ondas. La familia compra una emisora en Toledo que es el germen de un poderoso grupo radiofónico. En 1990 venden las 70 emisoras por 5000 millones de pesetas. Es un momento delicado para el Grupo de empresas Rato que se asoma al borde de la suspensión de pagos. "El origen de ese dinero pueden ser las auydas prestadas después de la llegada del Gobierno Aznar para salvar al grupo de empresas Rato", dice Cacho. La sociedad recibe créditos de la entidad semipublica Argentaria y un préestamo de 525 millones de pesetas del banco HSBC que le otorga la categoría de cliente preferente.

En este momento quiza Rodrigo Rato aspiraba a limpiar el mal nombre que su familia dejó en el sector bancario, no imaginaba que seguiría un camino muy parecido. "Es la pasión por el dinero la que ciega a tantos seres humanos, la que ha destruido el apellido", sentencia el periodisca Jesús Cacho.

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