15 de agosto de 1996. A las 12 del mediodía María José Arcos se despide de su familia. Va a pasar el día en la playa junto a su pareja. "Nos vemos de noche", le dice a su madre, pero María José nunca volvió. Tres días después de su desaparición su coche fue localizado delante del faro de Corrubedo. La policía no encontró ninguna huella de la desaparecida, la radio estaba encendida y el asiento del conductor estaba muy retirado del volante. ¿Quién conducía ese coche el día de su desaparición?. ¿Quién estuvo con Maria José ese día?. ¿Quién se encargó de limpiar el coche para eliminar huellas?.

Para la familia de Maria José el único sospechoso siempre ha sido Ramiro Villaverde, un cámara de televisión con quién Maria José mantenía una relación. La policía le interrogó en numerosas ocasiones, pero sus declaraciones siempre han sido muy contradictorias, aunque siempre ha salido indemne. La policía le define como una persona tranquila, con "aguante" ante la presión y capaz de salir de los problemas que se le plantean.

Pero ahora Ramiro tendrá que dar de nuevo explicaciones a la policía. Desde que en 2009 el fiscal decidiera reabrir el caso porque considera que muchas de las coartadas de Ramiro "fueron inventadas", la policía ha conseguido detenerle 15 años después en su casa de Luou, un pequeño pueblo de La Coruña.

La familia necesita saber dónde está el cuerpo de la joven. La policía baraja dos hipótesis: que Ramiro se deshiciera de ella en alta mar o que la enterrara en alguna de sus fincas. Los agentes esperan que la frialdad del acusado se quiebre y acabe por confesar qué hizo con Maria José Arcos ese fatídico día 15 de agosto de 1996.