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¿SÍNDROME DEL CUIDADOR QUEMADO?

"Cogí la maza, maté a mi hija, prendí fuego a la casa y me acosté"

Lo que comenzó como un peligroso incendio en la vivienda familiar, terminó destapando el crimen que se cobró la vida de Sonia Mouriño. Todo ocurre la madrugada del 29 de octubre de 2010, en la aldea pontevedresa de Barcia.

"Estaba fuera de mí, no se lo que me pudo pasar. Me levanté por la noche y cogí la maza. Prendí fuego a la casa y me acosté", Carmen, la madre de Sonia relata cómo asesinó a su propia hija.  Tiene 52 años. Durante los últimos 30 su labor ha sido cuidar de 4 personas impedidas. Ni una sola jornada de descanso.

Ella exculpa a su marido en todo el asunto y no se explica qué le pudo pasar para actuar así. Según el informe psicológico que le realizaron en prisión, la madre de Sonia se revela cómo es y cómo ha vivido. Desde los 20 años sólo se ha encargadado del cuidado de las personas que vivían con ella sin un solo momento de descanso.

En un primer momento, las investigaciones apuntaban a que Carmen podría haber planeado el asesinato de su única hija. Sin embargo, las conclusiones de este informe son tajantes: es una mujer con una inteligencia poco desarrollada, algo que dificultaría su capacidad de tramar premeditadamente el crimen de Sonia. Pero además, destaca su personalidad sumisa, sacrificando su vida y subordinando sus necesidades ante los demás. Tal vez demasiada responsabilidad para alguien que tiende al retraimento personal y al aislamiento.

Carmen ha pedido que la envíen a un psiquiatríco porque algo le tuvo que pasar por su cabeza para matar, dice en su informe, a una hija que era tan buena. Su defensa lo tiene claro, apunta a que padece el síndrome del cuidador quemado.

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