Cayetana de Alba, una apasionada del arte y los toros

Cayetana Fitz-James Stuart tenía un carácter indomable. Tuvo grandes pasiones, una de ellas fue la pintura, convirtiéndose en musa primero y mecenas después. El gran pintor Zuloaga la retrató, Benlliure la esculpió y Picasso la ofreció que posara para él desnuda y tambien vestida, con el fin de hacer una versión actualizada del retrato de la Duquesa de Alba, pero su marido de entonces se negó.

Doña Cayetana aprendió a montar a caballo y hasta rejoneó. Su afición y apoyo a la fiesta fue más que evidente. El que fuera su yerno, Rivera Ordoñez se convirtió en su ojito derecho. Aprendió sevillanas y arte flamenco de la mano de dos maestros excepcionales, Pastora Imperio y Enrique "el cojo". Amante de la Semana Santa, devota del Cristo de los Gitanos, también gustaba de apoyar las causas benéficas.