El asesino de Denise se ocultaba con un grupo de peregrinos

Un grupo de aproximadamente veinte peregrinos canta el himno asturiano sentado en una cerca, en algún punto cerca de Oviedo. Visiblemente contentos, están lejos de sospechar que uno de ellos, Miguel Ángel Muñoz Blas, que levanta el pulgar mientras sonrie de oreja a oreja, sería detenido cinco días después por acabar con la vida de Denise, otra peregrina, el pasado mes de abril.

De hecho, en el momento de su detención, Miguel Ángel Muñoz se encontraba comiendo un bocadillo en una catefería de la localidad de Grandas de Salime junto a buena parte de sus compañeros de peregrinación, que ocupaban al menos 4 de las 6 mesas de la cafetería, y que observaron atónitos cómo un agente le inmovilizaba con una barra y otro le apuntaba con una pistola. Los pergerinos no habían notado nada extraño en Miguel Ángel, en todo momento le vieron, según han declarado, tranquilo y feliz.

Miguel Ángel se marchó de su finca de Astorga el pasado lunes 7 de septiembre en autobús con destino Oviedo y fue allí donde se unió a un grupo de peregrinos con los que recorrió durante cinco días este tramo del camino, entre Oviedo y el citado municipio de Grandas de Salime. Durante el recorrido, se registró junto con con sus compañeros en varios albergues donde pasó la noche, durante las cuales no actuó, al menos delante de ellos ni de los dueños de forma extraña. Sus pertenencias estaban en el momento de su detencion en el albergues de Grandas de Salime, pertenencias que recorrió antes de dirigirse custodiado a dependencias policiales.