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LA POLÉMICA

Acoso sexual en una farmacia

La Audiencia Provincial de Madrid  ha absuelto a un farmacéutico de Alcalá de Henares, que durante meses humilló e hizo propuestas sexuales a dos mujeres que trabajaban en su negocio. Hablamos con una de las víctimas.

El jefe fue condenado por un juzgado de lo penal a siete meses de prisión por acosar sexualmente a la farmacéutica y la contable que tenía contratadas. Pero ahora la Audiencia Provincial de Madrid lo ha absuelto. Este Tribunal considera las acciones sobre las víctimas no tenían un animo libidinoso, que no había una motivación sexual. Algo que Isabel Matas, defensora de las víctimas, considera incomprensible. La propia sentencia admite que el farmacéutico sometio a las mujeres a intimidación sexual durante meses.

El farmacéutico además enviaba mensajes de móvil, o escribía cartas como esta a sus empleadas. Palmeos de nalgas, besos y rozamientos eran habituales. Además, la farmacéutica tenía que soportar que su jefe le colocara a diario la chapa identificativa en la bata de trabajo.

Pero la sentencia hace una lectura peculiar de la actitud del farmacéutico. Dice que este jefe sólo quería mantener una relación "sentimental" con sus empleadas.

Cuando las víctimas rechazaba su actitud el jefe las castigaba sin incentivos salariales, les encargaba funciones que no eran de su competencia o las humillaba con frases como ésta: "Desde que follas con tu marido no eres la misma. No rindes igual en el trabajo".

A una de las empleadas, el farmacéutico la invitó a ir juntos a una habitación de un hotel... pero, según la polémica sentencia, esta propuesta no es intimidatoria...Los magistrados sostienen que, en todo caso, pudo existir un delito de abuso sexual, pero no de acoso en el trabajo. Un planteamiento que no comparten las víctimas.

Hemos hablado con una de esas mujeres que sufrieron la humillación de este farmacéutico. En concreto, con la contable de la farmacia, Ana Regalado. “Al principio el acoso era sútil, aislado, pero luego se convirtió en una tortura casi habitual”. “Era una situación horrible”.

El jefe le dejaba sobre su mesa cartas con contenido sexual. La tocaba, la llegó a besar, la abrazaba con cualquier excusa... le llegó a proponer que se fueran juntos a un hotel a dormir "la siesta". Cuando se casó, el acoso se intensificó, como si el jefe estuviera celoso de su marido. Ella perdió mucho peso, sufrió una depresión. Al principio creyó que podía dominar la situación, estaba paralizada, pero llegó un momento en que no podía soportar la angustia.

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