"El día que desapareció Malen lo recuerdo como una pesadilla. Algo que ves por televisión y que piensas que nunca te va a tocar", confiesa Natalia la madre de Malen en una entrevista exclusiva para espejo Público cuando se cumple un año de la desaparición de su hija. Asegura que lo último que habló con su hija fue cuando ella le pidió que firmara una autorización para ir al psicólogo. "le pregunté por qué y me respondió que algún día me lo contaría". La madre de Malen no descarta ninguna hipótesis, pero "me quedo con el hecho de que a mi hija no se la ha tragado la tierra. A mi hija no le han engañado diciendo que suba al coche con un caramelo. Se subió al coche de alguien que conocía y si ha sido forzoso, no lo se. Tengo mil preguntas sin respuesta".

"Estoy satisfecho con el trabajo de los investigadores, pues mantengo contacto casi diario con ellos", asegura Natalia. "Me escuchan y no tengo queja con ellos". Pero si hay una preocupación de la madre de Malen es que la gente y los medios se olviden de su hija. "Quiero que la gente tenga viva la imagen de Malen y que no solo se recuerde el día 2, para mí cada día es día 2".

Todo ocurrió el día 2 de diciembre de 2013. Como cada día, la menor de quince años sale de su instituto de Calvia a las tres de la tarde. Se baja del autobús escolar en la conocida como glorieta de los piratas y desde la rotonda se pone en contacto por telefono con su novio para comer con él. Se sube a su patinete y pone rumbo a Son Ferrer. Un cuarto de hora después la camara de un vivero de la localidad de Sa Porrasa capta la imagen de Malén por última vez. Luego su rastro se desvanece.