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NÚMERO DE SERIE

'Downton Abbey' regresa impecable e inmejorable

Impulsada todavía por el Emmy a mejor miniserie, 'Downton Abbey' comenzó el pasado domingo su segunda temporada en el canal británico ITV. El primer capítulo, de los ocho que compondrán la segunda temporada, registró 9,2 millones de espectadores, un dato idéntico al estreno de la primera. Lo que funciona no hay que cambiarlo y por eso los espectadores han vuelto a confiar en la mejor serie de época del momento. Los ingredientes de 'Downton Abbey' se han mantenido intactos y nos han regalado una premiere con mucho jugo para lo que seguro será una excelente temporada y que muy pronto se podrá disfrutar en Antena 3.

Downton Abbey

ITV Amor entre el servicio

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Han pasado dos años desde que la familia Crawley recibiera el anuncio del inicio de la Primera Guerra Mundial. El conflicto armado es uno de los ejes dramáticos del capítulo, actuando a modo de hilo narrador. Y gracias a un permiso de guerra Matthew, el heredero legítimo de la fortuna Crawley, regresa a la mansión para participar en un acto benéfico. Y no sólo será Matthew el que llegue de nuevo a casa, sino que también lo harán Lady Mary y el criado Bates. Una triple llegada que desencadena un buen número de conflictos.

¡¡¡CONTIENE SPOILERS!!

La trama de Bates, el gran eje de la temporada
Si hay una trama que será vital durante toda la temporada será la que protagoniza el criado Bates. El más noble de los que habitan la planta de abajo llega a la mansión en el mismo tren que Lady Mary. Una vez instalado en la casa le pide a Ann que sea su esposa. Todo parece que irá viento en popa y que los criados podrán, por fin, dar rienda suelta a su historia de amor.

Pero la aún esposa de Bates, Vera (interpretada por la gran actriz Maria Doyle Kennedy), amenaza a su esposo con llevar a los periódicos la muerte del embajador turco en la mansión Abbey y que salpica a la familia Crawley de lleno, en concreto a Lady Mary y también a Anna, cómplice de la situación. A Bates no le queda más remedio que aceptar el chantaje de su esposa, que le obliga a dejar Downton Abbey de forma inmediata.

Durante la amenaza de Vera, vemos que hay una pequeña rendija. Al otro lado está la señora Hughes (ama de llaves) quién, muy hábilmente, escucha toda la conversación y se la cuenta al señor Carson, quién a su vez se lo cuenta todo a Robert Crawley. El noble Bates salva el honor de la familia a la que sirve y acepta el chantaje de su esposa. La mayor víctima de la historia es Anna, que sin comprender nada, le pide a Bates, en vano, que se quede.

Por su parte, los enamorados Mary y Matthew mantienen ahora una cordial tensión sexual no resuelta. El joven heredero está prometido, pero es obvio que aún tiene sentimientos hacia la mayor de las hijas Crawley. El detalle del muñeco de la suerte que Mary le da en la estación de tren es la prueba irrefutable de que esta historia está todo menos acabada.

El cambio que ha provocado la guerra influye también en la mansión. Y parece que nada volverá a ser como antes. Lady Edith quiere destacar de la forma que sea, Lady Sybil se ha propuesto abandonar su cómoda posición para formarse como enfermera y ayudar a los heridos en el frente. Y los criados William y Daisy, han iniciado una inocente y tierna historia de amor.

Lo único que no ha cambiado es la perversa O'Brien, que continúa como la mala oficial de la serie. Durante todo el capítulo intenta torpedear a Ethel, la nueva doncella, ridiculizándola constantemente. Su alter ego, Thomas, pronto volverá a conspirar con ella cuando vuelva del frente tras haber recibido un disparo de forma intencionada.

Siempre es un placer ver una serie de tanta calidad, con la que se disfruta a cada plano y que mantiene tu atención en el nivel más alto durante todo un episodio. Así fue durante el año pasado y así ha sido en el estreno de la segunda temporada, en el que 'Downton Abbey' ha regresado de forma impecable e inmejorable. El misterio y el drama han vuelto más acentuados y las pequeñas dosis de humor de la serie siguen intactas (las frases de Maggie Smith no tienen desperdicio). Pocas series pueden presumir de tenerlo todo. 'Downton Abbey' es de las pocas excepciones.

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