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¿Merecen la pena los yogures con proteínas?

Son uno de los productos de moda, y es que la proteína sigue siendo el "macronutriente buscado", es decir, tras el miedo irracional a las grasas que aún impera (lo demuestra la enorme oferta de productos desnatados y bajos en grasa), y el nuevo miedo a los hidratos de carbono y azúcares simples (otro error), el tercer macronutriente de los principales que componen nuestros alimentos, la proteína, parece ser la salvación a un mal producto.

Comiendo yogur

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Son uno de los productos de moda, y es que la proteína sigue siendo el "macronutriente buscado", es decir, tras el miedo irracional a las grasas que aún impera (lo demuestra la enorme oferta de productos desnatados y bajos en grasa), y el nuevo miedo a los hidratos de carbono y azúcares simples (otro error), el tercer macronutriente de los principales que componen nuestros alimentos, la proteína, parece ser la salvación a un mal producto.

Es decir, si debe ser bajo en grasas y en hidratos de carbono, siendo alto en proteínas, es lo ideal, y no solo eso: si es un producto convencional con más cantidad de proteína, será mejor que su predecesor. ¿De verdad?

En el mercado han proliferado este tipo de productos y vuelven a ser los lácteos los que se modifican para conseguir la fórmula esperada. Un bonito cóctel para conseguir subir el precio y que aparezca en los carritos de compra, haciéndote creer que estás haciendo la mejor elección.

Aumentar la proteína de la dieta es probablemente una buena estrategia para la pérdida de grasa corporal en una población con sobrepeso y obesidad generalizada. Pero es solo uno de los puntos a tener en cuenta: es necesario que vaya acompañado de una reeducación de hábitos dietéticos y estilo de vida, porque así, aislada, esta estrategia no aporta mucho. Y si el aporte de proteínas extra viene de este tipo de productos, poca ventaja vas a encontrar.

¿Por qué entonces, el yogur con proteínas es un producto que no necesitas?

1. Suelen presentar entre sus ingredientes azúcares añadidos en forma de sacarosa, fructosa, almidones, aumentando así la ingesta de hidratos de carbono refinados que ya es elevada en nuestra dieta y está llevando a la población al exceso de peso mencionado (y multitud de patologías asociadas).

2. Si la cantidad habitual de proteínas de un yogur natural ronda los 5 gramos (fuente, Nutrire, Universidad de Granada), estos yogures, con 8 a 10 gr. por producto suma al total diario de proteínas una cantidad un tanto ridícula en comparación con otros. Sería mucho más sencillo añadir a la dieta cualquier otro tipo de alimento como legumbres, frutos secos o huevo.

3. El coste de estos yogures es elevadísimo para el aporte real de beneficio y el producto en sí.

Yogur
Yogur | iStock

4. Desplaza otros alimentos más saludables, es decir, en lugar de tomar una pieza de fruta fresca y de temporada con un par de nueces, una combinación muy nutritiva, se elige un producto procesado azucarado o edulcorado con sus consecuentes perjuicios. ¡Y además pensarás que es más sano ese yogur con proteína!

5. Para hacer más saludable y sostenible nuestra alimentación, la clave es tomar más materias primas (alimentos mínimamente procesados como fruta, hortalizas frescas, frutos secos) y no productos procesados, con azúcares, envasados en plástico.

Mi consejo para aumentar la proteína de tu dieta, si tus requerimientos son altos o el profesional de la nutrición que te haya evaluado ha dictaminado que falta proteína y sobran hidratos de carbono refinados (como suele ser habitual), es que elijas fuentes de proteína mínimamente procesadas. Por ejemplo:

1. Legumbres: son una excelente fuente de proteína, son económicas, saciantes y sostenibles, 200 g de garbanzos cocidos de bote (medio bote aproximadamente), aportan 20 g de proteína, la cantidad recomendada para una ingesta.

2. Huevo: un par de huevos (intenta mejor que sean camperos).

3. Frutos secos, con un puñado pequeño ya obtienes una ración de proteína y multitud de nutrientes interesantes.

4. Carne y pescados, la mejor opción es que sean frescos o congelados, nada de embutidos y carnes procesadas.

5. Lácteos (si los toleras): una buena opción es el yogur natural sin más (con dos nueces que le añadas ya lo igualas en proteínas al famoso yogur con proteínas). También, el queso, una fuente muy concentrada en proteína de excelente calidad y otros nutrientes como el calcio.

6. Y si quieres añadir proteína extra a tu dieta, una opción muy práctica sería usar proteína en polvo de suero de leche o vegetal. Al yogur natural o al queso batido le podrías añadir una cucharadita de proteína en polvo y ya sería más concentrado en proteínas que el que nos ocupa en este artículo.

En resumen: cuidado con los productos que se "auto anuncian" demasiado, que exaltan sus propiedades y nutrientes añadidos. Siempre son estrategias de venta y la alimentación, para ser saludable, no necesita de ningún nuevo súper producto.

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