El manejo de los drones se ha convertido en algo tan popular que ya existe incluso un concurso internacional de fotografía con estos aparatos.
La tecnología ha avanzado de tal manera que los drones ofrecen ya muchas posibilidades y una de ellas es el poder fotografiar lugares casi inaccesibles.
Esta es la segunda edición del concurso al que se han presentado alrededor de 44.000 instantáneas, todas ellas de 'vértigo'.
Profesionales y aficionados han conducido sus drones de manera muy estudiada para captar maravillas como el salto de un oso polar en Canadá, merecedor del primer premio.
El salto a la eternidad de un sexagenario en una cascada del río amarillo en China o la cola más larga de un vestido de novia que jamás se haya visto son algunas de las imágenes que han logrado colares entre las mejores de este concurso.
El español Javier del Cerro ha conseguido convertir en patrón un campo de cultivos de La Mancha, alzándose con el segundo premio en su categoría.
Por su parte, el catalán Fran Arnau enseña otra forma de posar para una fotografía de un viaje familiar: mirando al objetivo, que está en el aire.
Ver las cosas desde arriba no tiene porqué hacerlas más bonitas, pero gracias a esta tecnología podemos ver la vida desde otra perspectiva.
