Se trata de un modelo en pruebas, pero la industria trabaja para que veamos
esta tecnología en nuestras calles hacia el año 2020. La idea es que en poco
más de dos años haya una flota de estos vehículos recorriendo Singapur.
De momento este es el primer taxi que lo hace. No tiene conductor pero
reconoce a los peatones y les cede el paso, o adelanta a otros coches si su
velocidad es muy inferior. Piensa casi como un humano; analiza la situación que
le rodea y toma la decisión más adecuada para cada circunstancia.
La mayoría de los fabricantes trabajan con esta tecnología. Hay vehículos que
esconden sus mandos cuando el conductor decide descansar, o con pantallas
orientadas al exterior para mostrar mensajes a peatones y automovilistas.
Con aspecto futurista pero sabor añejo llega un modelo que prescinde de
controles y ahorra espacio porque no hay conductor, pero sí chófer y asistente
virtual. Otras marcas proponen liberar al conductor con funciones autónomas en coches
en que poder recuperar el control en cualquier momento.
Uno de los más conocidos es el coche de Google, que amenaza con saltar al
mercado de forma inminente. Sus ingenieros ahora trabajan para que cuando salga
a las calles sepa también tocar el claxon.
