José Ramón Prado Bugallo, más conocido como Sito Miñanco

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43 detenidos y 15 millones de euros incautados

La Policía Nacional considera a la red de narcos de Sito Miñanco una de las más poderosas del mundo

Además de las detenciones, el golpe policial deja 5.000 kilos de estupefacientes aprehendidos, 171 bienes inmuebles y 139 cuentas y productos financieros bloqueados. Sito Miñanco inició su carrera delictiva como contrabandista en los 80 y posteriormente como traficante de drogas

La Policía Nacional considera que la recién desmantelada organización de narcotraficantes liderada por el histórico Sito Miñanco es una de las más poderosas del mundo y, prueba de ello, además de las 43 personas detenidas, son los 15 millones de euros incautados en bienes e inmuebles. La Dirección General de la Policía da cuenta de su operación Mito, que tras veinte meses de investigaciones concluyó el lunes con la detención de José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco y sus más estrechos colaboradores.

En total 43 arrestados en Galicia, Madrid y Andalucía, más de la mitad ya en la cárcel desde el miércoles por decisión de la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela. Además de las detenciones, el golpe policial a este importante estructura "narco-criminal" deja, además de 5.000 kilos de estupefacientes aprehendidos, 171 bienes inmuebles y 139 cuentas y productos financieros bloqueados, y cinco embarcaciones intervenidas.

La operación Mito se inició tras detectar la presencia en Marbella del conocido narcotraficante gallego junto a otros miembros de su organización, aunque él estaba asentado en Algeciras, donde se desarrolla la mayor parte de la actividad delictiva, aunque mantenía su principal infraestructura en Pontevedra. Sito Miñanco era su líder. Había iniciado su carrera delictiva como contrabandista en los inicios de los años 80 y posteriormente como traficante de drogas, siendo detenido anteriormente en dos grandes operaciones contra el tráfico de drogas en los años 1991 y 2001. Fue uno de los implicados en la Operación Nécora, si bien logró escapar hasta que fue arrestado en otra operación en 1991 por lo que cumplió siete años de prisión.

En 1998 salió de la cárcel en libertad provisional hasta que fue detenido nuevamente por la Brigada Central de Estupefacientes en agosto de 2001 por intentar introducir 3700 kilos de cocaína en un barco. Hace siete años salió de la cárcel y actualmente estaba cumpliendo una condena de 16 y 10 meses en el Centro de Inserción social de Botafuegos, en régimen de semilibertad pues sólo acudía a pernoctar al centro. La Policía ha constatado que en esta última etapa de su carrera criminal se había asociado a organizaciones criminales búlgaras, turcas y holandesas y que contaba con una extensa red de colaboradores españoles de su máxima confianza que conformaban la organización dedicada al tráfico de drogas más poderosa de Europa.

En la investigación se ha constatado las continuas medidas de seguridad adoptadas por los integrantes de la organización. De hecho, usaban terminales encriptados para comunicarse e incluso se desplazaban por toda la geografía española para entrevistarse personalmente con el principal detenido y seguir sus órdenes de manera directa. La organización asentada en Madrid estaba compuesta por ciudadanos españoles y colombianos. Se encargaban del transporte de dinero en metálico o de sustancias estupefacientes mediante el uso de vehículos con compartimento oculto "caleta" y de la recepción del dinero de la organización procedente del tráfico de drogas para su envío a Colombia por otras personas ('mulas'). Tras interceptar la Policía un cargamento en un barco en un octubre en las islas Azores de 3.800 kilogramos de droga, el responsable del grupo ordenó el hundimiento de las planeadoras que se encontraban esperando para realizar el trasvase de la mercancía en alta mar y cuyo valor asciende a varios millones de euros.

Una de las partes fundamentales en la infraestructura de la organización eran unos astilleros gallegos dedicados a la construcción y venta a terceros de embarcaciones totalmente lícitas. La mercantil utilizaba esa actividad legal para tener acceso al puerto y permitir la entrada de las sustancias estupefacientes. Además, el capo gallego controlaba varios negocios que le permitían introducir en el circuito legal el dinero procedente del tráfico de drogas, y utilizaba sociedades para la elaboración de contratos y facturas ad hoc.

Así justificaban documentalmente la entrada de dinero de procedencia dudosa. Junto a estos negocios, la organización disponía de una estructura societaria instrumental para titular inmuebles que habrían sido adquiridos con el dinero procedente del tráfico de estupefacientes u otros sistemas de blanqueo como el movimiento de dinero en efectivo mediante correos humanos o mulas, uso de locutorios para envío de dinero procedente del narcotráfico, y la compraventa de inmuebles con dinero ilícito.

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