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LA NOCHE MÁS CORTA Y MÁGICA DEL AÑO

Las playas españolas se llenan de música y hogueras para celebrar San Juan

Miles de hogueras han celebrado la noche de San Juan, la más corta del año y la que da la bienvenida al verano. En las playas se salta sobre las hogueras donde arden los malos deseos y en Castilla se camina sobre brasas. La tradición manda quemar todo aquello que nos ha hecho infelices durante el año y pedir deseos para el que viene.

Más de 100.000 personas han ganado la batalla a la lluvia en A Coruña para saltar las hogueras de San Juan, en una noche mágica en la que la tradición y el fuego han llegado de la mano a una de las fiestas más antiguas de la ciudad.

Las fiestas de San Juan en la capital herculina han tenido hoy su momento álgido con las habituales hogueras que han llenado unas atestadas playas de Riazor y Orzán a partir de la medianoche.

En San Pedro Manrique, en Soria, la verdadera fiesta ha llegado cuando comienza a apagarse el fuego.

El pueblo soriano de San Pedro Manrique ha llenado de emoción y adrenalina la noche más corta del año, la de San Juan, con su ancestral rito del paso del fuego, protagonizado por veintidós pasadores, ante las miradas y la admiración de más de dos mil espectadores.

Ritual iniciático para lograr la inmortalidad a través de la hoguera purificadora, según los expertos, o simplemente uno de los momentos más emocionantes del calendario festivo español, para el gran público, el ritual del paso del fuego ha revivido un año más una tradición que une como pocas a los hijos de San Pedro Manrique, pueblo de seiscientos habitantes y lo ha hecho superando la incertidumbre provocada por una tormenta que ha caído unas horas antes y ha hecho temer por la celebración del mágico ritual.

La tormenta ha obligado a retrasar media hora el inicio de esta tradición, para acondicionar los alrededores del manto de fuego y evitar accidentes a los pies descalzos de los pasadores, ya que la humedad, según ha explicado el alcalde Jesús María Celorrio a EFE, multiplica el peligro.

"Dicen que hace cincuenta y un años no se pudo pasar el fuego por la lluvia", ha recordado. En la década de los ochenta, sólo cuatro pasadores tuvieron tiempo de cruzar el manto de fuego antes de que la lluvia hiciese acto de presencia y se suspendiese el festejo.

En esta ocasión, los veintidós pasadores han portado a sus espaldas a familiares, amigos y niños, en un año en el que han cruzado dos mujeres, una de ellas la joven Estefanía, por primera vez.

Como marca la tradición, los tres primeros pasadores, con sus pies descalzos, han portado a sus espaldas a las tres móndidas de este año de las fiestas de San Juan en San Pedro Manrique (Rebeca, Pilar y Natividad), elegidas por sorteo a primeros de mayo y que han lucido un vestido blanco y un extraño cesto en la cabeza, adornado con flores de pan y largas varitas.

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