El Vaticano, según algunas fuentes, obligó a la renuncia del Arzobispo Ureña al conocer que ordenó un pago irregular de 60.000 euros a un diácono que había renunciado a seguir en la Iglesia.
El Arzobispado de Zaragoza recalcó este jueves en un comunicado que Monseñor Ureña renunció a su cargo por motivos de salud. Contradice las informaciones que aseguraban que el Papa Francisco forzó su dimisión e insiste en las explicaciones que ya dio el Arzobispo en su despedida del pasado 12 de noviembre.
Algunas fuentes afirmaban que detrás de esa renuncia estaba el pago irregular de una indemnización a un diácono que no iba a ser ordenado sacerdote para que pudiera estudiar y reorganizar su vida.
El comunicado confirma ese pago de 60.000 euros como indemnización al diácono Daniel Peruga. Según su testimonio, comunicó al Arzobispado el acoso sexual al que había sido sometido durante dos años por el párroco de Épila, localidad donde estaba destinado. Ante la difusión de esas informaciones el comunicado revela que ya se ha iniciado una investigación para esclarecer la verdad.
El párroco, por su parte, lo ha denunciado por injurias. Insiste en que el joven actúa por venganza porque emitió informes negativos para su ordenación como sacerdote. No le veía apto.
En la nota remitida por el Arzobispado recuerda que el diácono solicitó voluntariamente al Papa la pérdida del estado clerical.
