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PARA DESCONGESTIONAR LOS CENTROS DE ESTANCIA

Ochenta subsaharianos abandonan Melilla camino de la península

Unos 80 inmigrantes subsaharianos han salido del Centro de Estancia Temporal de Melilla camino de la península. Con estos traslados se trata de aliviar algo la situación de un centro que está muy por encima de su capacidad. Hay más de 1200 internos, cuando está pensado para cerca de 500. Once tiendas de campaña militares están instaladas allí para poder dar techo a todos los inmigrantes. Los que han viajado a la península tienen por delante un futuro incierto.

Salen del Centro de Estancia Temporal de Melilla con el escaso equipaje atesorado para el comienzo de su nueva vida. Medio centenar de inmigrantes fueron trasladados la noche del miércoles hacia la península y una treintena más está previsto que lo hagan a lo largo del jueves. "La vida mejor, se vive mejor que en Melilla", afirma un inmigrante camerunés sobre su traslado a la península.

Se trata de reducir la saturación de un centro con capacidad para algo menos de 500 internos y que estos días ha llegado a tener acogidas 1237 personas. En el puerto de Melilla esperaban el barco que les llevaría hasta Málaga. Se hacían fotos para inmortalizar el comienzo de una nueva vida, tan nueva como incierta.

Una vez en la península su primer destino puede ser un Centro de Internamiento de Extranjeros. Si se sabe su nacionalidad y hay convenio de repatriación con su país, en 60 días debe ser expulsado. Si no se consigue hacerlo, transcurrido ese plazo queda en libertad con una orden de expulsión que el inmigrante nunca realizará voluntariamente. Permanece entonces en una situación irregular, sin derecho a papeles pero sin ser tampoco expulsado, que puede prolongarse durante años.

"Si has estado en un centro y el Estado no ha podido expulsarte, lo que no puede permitirse tampoco el Estado es generar una inmigración irregular, habría que buscar al menos sistemas flexibles para la regularización de estas personas", considera Mikel Araguas, de la ONG Andalucía Acoge.

El primer documento que recibe un inmigrante tras entrar irregularmente en Ceuta o en Melilla es la tarjeta que le permite acceder al CETI y deambular libremente por ambas ciudades. Pero para ellos es insuficiente. "Pasar, queremos pasar", nos dice un inmigrante subsahariano en Ceuta. Todos desean pasar a la península para quedarse en España o seguir camino hacia otros países de Europa donde lo más probable es que ya resida algún familiar.

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