El nuevo arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha dicho que va a empezar a conocer Cataluña para poderla amar con todo su ser y que este camino quiere hacerlo "libre de prejuicios, con un corazón abierto y unos oídos atentos".
El hasta ahora obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño ha señalado también que desea evangelizar sin anclarse en "viejos métodos o en ideologías mundanas" y se ha comprometido con los más pobres y necesitados, según ha dicho en su primera homilía celebrada hoy en la Catedral barcelonesa.
Omella ha tomado posesión como arzobispo metropolitano de Barcelona, en un acto litúrgico de loanza y acción de gracias al que han asistido 59 arzobispos y obispos de toda España. Unas 2.500 personas, entre feligreses y algunos turistas, según fuentes del arzobispado barcelonés, han asistido a la ceremonia, que ha contado con la presencia de los abades de los monasterios de Poblet (Tarragona), Octavi Vilà, y de Montserrat (Barcelona), Josep Maria Soler.
"Vengo dispuesto a escuchar y quiero hacerlo con un corazón abierto y unos oídos atentos"
A la ceremonia han asistido, como representantes del gobierno catalán, el director general de Asuntos Religiosos, Enric Vendrell, y el director general de los Mossos d'Esquadra, Albert Batlle; así como la delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna, y otras autoridades militares y civiles.
El mismo acto, presidido por el Nuncio apostólico en España y Andorra, Monseñor Renzo Fratini, también ha intervenido el hasta ahora arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, que ha recordado que uno de sus objetivos durante los últimos años ha sido "intensificar la solidaridad con los más necesitados de la diócesis" y ha ensalzado el trabajo de Cáritas y las parroquias barcelonesas.
En esa misma línea se ha comprometido el nuevo arzobispo, al indicar: "Quiero decir con claridad que vengo a recoger el libro en el que están escritos los grandes acontecimientos que esta iglesia ha vivido a lo largo de su historia, especialmente en la más reciente". Ha asegurado, además, que llega a Barcelona dispuesto a "escuchar", y que quiere hacerlo "libre de prejuicios, con un corazón abierto y unos oídos atentos".
