Una Navidad atípica por las elecciones y las altas temperaturas

Es Navidad pero hay algo raro. Las ferias de esta época del año no suelen desarrollarse en manga corta. Incluso se ha visto a la gente cambiar el cava por tinto de verano. Los Reyes Magos se anuncian en los helados. Y se ven más palas de playa que esquíes.

Ni en Granada,  ni en Sierra Nevada pueden crear ese ambiente navideño. Solo dos kilómetros de pistas esquiables. Las tiendas de abrigos también están padeciendo unas temperaturas y una climatología nada habituales.

En Sevilla se han inventado la nieve para darle un aire más navideño a la ciudad, pero no engañan. Las visitas a los belenes con ropa de entretiempo los delata. Hasta las plantas están confundidas: florecen a pocos días del invierno, y las bicicletas también son para el invierno.

La campaña navideña se fusiona con la electoral en nuestras calles. Las ofertas son comerciales y políticas. Y faltan niños en las actividades porque, en casi toda España hay colegio hasta el 22. Resulta raro que, a 18 de diciembre, en Bilbao los objetivos no apunten tanto a los árboles de Navidad como a los termómetros.