De maestro Shaolin a presunto homicida

Juan Carlos Aguilar se atribuye percepciones extrasensoriales y un control de su cuerpo supeditado a la mente. Para esto aconsejaba en cursos y entrevistas.

Exhibía sus capacidades para mitigar el dolor doblando lanzas apoyadas en la base de la tráquea y una gran destreza con armas de gran precisión destinadas a fuerzas especiales. Algunas de estas armas se encontraron en el gimnasio al que aseguran que visitaba en contadas ocasiones.

Divorciado y con dos hijos. Sus vecinos lo describen como un hombre solitario pero reconocen que en los últimos años su caracter había cambiado.

Su trayectoria profesional empezó en un gimnasio que abandonó hace dos años para abrir otro centro que denomina "Océano de la Tranquilidad" cuyo perfil en internet se ha cerrado. Sus seguidores En diferentes foros hay quienes enaltecen sus supuestos dones y otros que lo describen, ya en 2008, como alguien egocéntrico, inestable, vanidoso.