Publicidad

Lo ha dictaminado un juez contra un ayuntamiento sevillano

Un juez dictamina que los ladridos y los aullidos de los perros son contaminación acústica

El juez considera que la contaminación acústica pone en peligro grave la seguridad o la salud de las personas.

Los ladridos y los aullidos de los perros son contaminación acústica. Así lo ha dictaminado un juez en una sentencia contra un ayuntamiento sevillano.

Todo empezó por el ruido que hacían tres perros de un vecino. Se midió el volumen de los ladridos y era de 68 decibelios cuando lo máximo es 35.

Sin embargo, el Ayuntamiento no contaba con una ordenanza de ruidos, por lo que no aplicó ninguna sanción. La alcaldesa, Olga Herván, defiende que, para probar si había ruido, la Policía Local hizo rondas y no constantó nada.

Ahora, el Consistorio ha recibido una condena por no actuar. El juez considera que se pone en peligro grave la seguridad o la salud de las personas y obliga al Ayuntamiento a aplicar el reglamento de Protección contra la contaminación acústica en Andalucía.

La contaminación acústica podría acarrear una multa de entre 12.000 y 300.000 a los dueños de los perros. Hay un límite de decibelios en los ladridos: 33 por el día y 28 por la noche.

Publicidad