Manel Vilaseró fue la última persona que llamó a Ana Julia Quezada antes de ser detenida con el cadáver del pequeño Gabriel en el maletero. El periodista ha seguido el caso muy de cerca y que, además, conocía a Gabriel porque era muy amigo de su hijo.
Explica que todos sospechaban de la culpabilidad de la pareja del padre de Gabriel, desde los vecinos hasta los padres del pequeño y la Guardia Civil, pero "no se podía apuntar directamente a ella porque era una manera de alertarla". El periodista señala que le sorprendió que él estaba llamando al móvil de Ángel Cruz y se puso su pareja, aunque lo que más destaca es su tono de "frialdad" y casi de "alegría". Tras enterarse del hallazgo del cadáver, Vilaseró pensó que "o bien estaba a punto de recoger el cadáver o ya iba con él en el maletero".
Además, el periodista ha confirmado que "Gabriel hablaba muy mal de ella, se quejaba y la última vez que se fue a su país de origen expresó a los mayores que prefería que no volviera". "Los niños no son tontos y le devolvía lo que debía estar haciendo ella con él", interpreta.
En opinión de Vilaseró, "era prácticamente imposible que hubiera actuado sola", aunque ahora los investigadores parten de la hipótesis principal de que no hubo cómplices. "Me tendrán que explicar cómo fue tan hábil para llevarse al niño ella sola saliendo minutos después de que saliera el niño", se pregunta el periodista, aunque admite que "es posible que Gabriel se entretuviera por el camino".
