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CONTRADICE LA NORMA DE NO ROBAR Y DE NO CODICIAR BIENES AJENOS

La Conferencia Episcopal considera que la piratería es pecado porque va contra dos mandamientos

Piden a los católicos que no pirateen, ni se beneficien de la piratería para que ésta desaparezca.

Los obispos españoles animan a no cometer el "pecado" de la piratería a "los católicos y todas las personas que actúan según la recta conciencia, especialmente jóvenes y educadores, y piden no piratear porque esta actividad pone en peligro la expresión cultural e impide una justa recompensa a la industria del cine. Así lo pone de manifiesto en un documento de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social (CEMCS), que ha hecho público bajo el título 'La piratería en el cine.

Una mirada desde la Doctrina Social de la Iglesia', en el marco de la L Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que se celebra el próximo domingo, 8 de mayo. El texto, en el que los prelados subrayan "el gran valor" que tiene el cine, constata "una cierta indiferencia moral, cuando no una clara justificación, ante el hecho tan extendido de la piratería audiovisual, que impide a toda la industria del cine recibir la justa recompensa que es consecuencia de su actividad".

El cine, valioso para la evangelización

De este modo, la Iglesia española define el cine como "un medio de comunicación de gran valor para la difusión de la cultura, el primero de los llamados de comunicación de masas, y como una nueva herramienta valiosa también para la evangelización".

También reconoce que las nuevas tecnologías están permitiendo que el cine llegue a más personas. No obstante, alertan de que "sin una pertinente educación moral, esta difusión puede lesionar los legítimos derechos e intereses de un amplísimo número de profesionales que trabajan en la industria del cine".

"Así ocurre -puntualizan- cuando las creaciones audiovisuales se ponen a libre disposición, fundamentalmente a través de internet, al margen del cauce de distribución previsto por los productores, o cuando se elaboran copias de la película para la venta en mercadillos o por las calles", una actividad que además, a su juicio, tiene especial gravedad "cuando en su origen está el hurto de una copia de la obra, lo que implicaría un doble acto delictivo".

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