Primer plano de una serpiente pitón

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POSIBLE MALTRATO ANIMAL

Se investiga la muerte de una serpiente pitón que fue enviada por un vendedor en una caja sin ventilación

El denunciante, que había comprado al animal por Internet, manifestó que, al abrir el envío, comprobó que el reptil estaba muerto, por lo que el Equipo de Investigación del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil se hizo cargo de las gestiones y localizó al vendedor en San Feliu Codines (Barcelona).

La Guardia Civil investiga a una persona como presunta autora de un delito de maltrato animal, tras enviar una serpiente pitón en un paquete sin ventilación, en condiciones que causaron la muerte al animal. Las investigaciones comenzaron, según la Guardia Civil, cuando el 23 de enero se recibió una denuncia en las dependencias de Alcaudete (Jaén) de un vecino de la localidad, que afirmó haber sido víctima de un fraude en una compra por internet.

Al parecer, había adquirido una serpiente pitón en una página de compraventa, realizando el pedido y posterior pago contra reembolso en su domicilio por importe de 150 euros. El denunciante manifestó que al abrir el envío, comprobó que el reptil estaba muerto, por lo que el Equipo de Investigación del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, se hizo cargo de las gestiones y localizó al vendedor en San Feliu Codines (Barcelona).

En las investigaciones, se comprobó que la empresa que realizó el envío del paquete no había recibido declaración de que el envío contenía un animal y la empresa declaró que en caso de tener conocimiento del traslado no lo habría realizado al no prestar servicio de transporte de animales.

De las investigaciones realizadas se averiguó que el investigado se dedicaba a la cría y venta de animales exóticos, incluidos en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), por lo que utilizó este tipo de transporte para que el envío no pudiera ser inspeccionado al carecer de documentación.

La persona investigada sabía que la empresa contratada no disponía del servicio de transporte de animales vivos y realizó el envío en una caja de cartón sin ventilación, lo que causó la muerte del animal por asfixia.

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