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FEIJÓO PROMETE QUE SE RESTAURARÁ

Feijóo espera ver el santuario de Muxía rehabilitado "en pocos meses"

En el Santuario de Muxía, un día después del incendio, se calcula la pérdida y se hace balance del siniestro que ha derruido el emblemático Santuario. La sociedad gallega, con la Xunta a la cabeza, está volcada en la reconstrucción del templo. Un equipo de expertos visita el templo para ver qué se puede hacer, y por dónde se puede empezar su rehabilitación.

El municipio de Muxía (A Coruña) es otra vez una zona cero después de que un incendio devorara el día de Navidad el santuario da Virxe da Barca, y la sociedad gallega, con la Xunta en cabeza, está volcada en la recuperación de este patrimonio, centro de peregrinaciones.

El alcalde local, Félix Porto, solamente tiene buenas palabras al hablar de las llamadas que ha recibido de cientos de personas de todo el país ofreciendo su ayuda: "A todos ellos solamente puedo decirles, muchas gracias", ha declarado. La hipótesis que manejan los técnicos sobre la causa del fuego registrado el día de Navidad se centra en la caída de un rayo.

Así ha quedado el templo de Muxía

El santuario de A Virxe da Barca es un "símbolo secular" de una tierra marinera, ha recordado este mediodía en su visita el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien ha expresado su deseo de que "en pocos meses" todo el país pueda ver rehabilitado este edificio.

A pie de obra, tras conversar con los operarios sobre la labor que han estado realizando, el máximo mandatario autonómico ha comunicado que la Xunta informó a la Iglesia y al alcalde local, Félix Porto, de la decisión de contratar de forma inmediata el proyecto de rehabilitación y de reconstrucción total, que ha de ser muy "meticuloso" y con gran "solidez técnica".

También ha avanzado que se celebrará una reunión después de Reyes entre la cúpula eclesiástica, el Gobierno autonómico, la Diputación de A Coruña -su titular, Diego Calvo, también ha estado hoy en la zona- y el Ayuntamiento para establecer "la hoja de ruta" a seguir. "Estoy convencido -ha enfatizado Núñez Feijóo- de que todos sentimos esta pérdida", máxime si cabe en una fecha tan señalada.

Así, el conselleiro de Cultura y Educación, Xesús Vázquez, definió lo sucedido como "una auténtica pena" y el párroco, Manuel Liñeiro, que ejerce en esta localidad de A Costa da Morte desde hace 28 años, no encuentra palabras: "Las fuerzas de la naturaleza son raras y nos sorprenden a todos". Manuel Carrera, el hombre que más cerca vive del templo, puesto que habita una de las dos casas situadas en los aledaños -la otra está vacía- fue de los primeros en enterarse de las llamas.

"Vivo ahí arriba", ha detallado, y ha relatado que sintió "un estruendo en casa, ¡pummmm!, sobre las siete menos cuarto. Estaba mi hija Bibiana. Fue la primera que salió y grabó imágenes en cuanto empezó a arder.

Ahora ella no se mueve de casa, no para de llorar". "Yo le digo que si en su momento salimos adelante, cuando sucedió la marea negra, ahora toca otra batalla y tenemos que salir de ella fortalecidos". Con él coincide Manuel Blanco Muñiz, un tocayo, al garantizar que "en recuperar esto vamos a colaborar todos, Muxía, toda la comarca, toda Galicia".

Otro hombre, Daniel Castro, que se disculpa por no encontrar las palabras para reflejar "el dolor que se mete en uno", no acierta a ver, por la emoción que lo embarga, que sí expresa con claridad el sentir de un pueblo, el suyo. "¿Cómo se explica un sentimiento?, ¿cómo se explica el cariño a una madre o a un hijo? Pues eso es lo que es la Barca. Un sentimiento. No hay palabras.

Incendio calcina el satuario de Muxía

¿Cómo explicar lo que tus antepasados te enseñaron, tus raíces...? Es así. Más palabras no tengo". El subdirector de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Xunta, Manuel Chaín, ha señalado que los técnicos trabajan para dar "seguridad" a esta construcción arrasada por la lumbre, y ha indicado que "eso es lo primero".

Consultado por un calendario de actuaciones, ha manifestado que se "trabaja continuamente y sin pausa" pero no hay una hoja de ruta como tal, ni fechas, mientras no se consiga hacer el oportuno análisis visual y el estudio de evaluación de daños.

El templo está seriamente dañado y también un faro ubicado muy cerca. "Menos mal que la Virgen no está dentro del santuario, que se custodia en otro lugar", ha reparado hoy, con cierto alivio, otro lugareño, José Manuel Rodicio, acompañado de su hijo Cristóbal, que ha asentido.

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