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Así mueven la droga los narcos

El jefe de una organización de narcotráfico: "En una noche puedes ganar más de 30.000 euros"

A cara cubierta, un narco habla con un equipo de Antena 3. Trabaja para quienes compran el hachís de las inmensas plantaciones marroquíes de Ketama y asegura que dejará el 'negocio' cuando tenga solucionado el futuro de sus hijos.

Lleva 15 años en el negocio de la droga y lidera su propia organización. Tras varias conversaciones, accede a hablar con un equipo de Antena 3 en un punto indeterminado de la costa andaluza sobre su vida y cómo comenzó en el mundo de la droga.

"Empecé yendo en una embarcación. Como casi todos, siempre se empieza en una embarcación o descargando en la playa. Ven que eres responsable y empiezas como en cualquier empresa, desde abajo, y si eres listo llegas a tu sitio", explica.

Él trabaja para los que compran el hachís de las inmensas plantaciones marroquíes de Ketama, en la comarca norteafricana del Rif. "Nosotros nos ponemos en contacto con la persona dueña de la mercancía. Llegamos a un acuerdo en precio y se prepara. El día que la mandan para acá, nos encargamos de recibirla, guardarla, y entregársela cuando vengan a recogerla", explica.

Además, asegura que se paga a policías. "En Marruecos son peor que aquí. Allí te dicen 'para', y si no paras, te pegan un tiro".

Con la carga viaja lo que ellos llaman el 'fianza', un hombre enviado por el dueño de la droga para garantizar el éxito de la operación. Los narcos españoles deben procurar que nada falle en el transporte. Ellos coordinan a las más 20 personas necesarias para descargar y guardar el hachís.

Dice que "esto siempre ha sido igual" pero ahora, no sabe el motivo, "hay una alarma social". Él prescinde de los más jóvenes, busca "gente que tenga la cabeza centrada, que sean padres de familia que lo necesiten para su casa y que no metan la pata. Meter la pata me refiero a estar de juerga, empezar a hablar e ir poniendo fotitos en Facebook".

En una noche ha podido ganar desde 30.000 o 50.000 euros, dependiendo de la cantidad. Dice que sus límites éticos son "el chocolate" y asegura que dejará de dedicarse al narcotráfico cuando tenga solucionado el futuro de sus hijos.

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