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LE CONGELÓ DESPUÉS DE ASESINARLO

Declaran culpable por unanimidad a la heladera de Sevilla que congeló a un hombre en Sevilla

Culpable por unanimidad de un delito de homicidio la autora confesa de la muerte de un hombre en una heladería de Sevilla. El jurado considera probado que golpeó al hombre, lo asfixió y lo escondió en un congelador. Aplica el atenuante de confesión, pero no el de consumo de alcohol. No la condenan por asesinato porque, según el fallo, no hubo "alevosía". El fiscal ha pedido para ella once años de cárcel.

En su veredicto, las seis mujeres y los tres hombres que forman el jurado han rechazado la atenuante de embriaguez de la acusada, María del Carmen Quero Bernal, de 44 años, y han admitido la de confesión del crimen.

Por ello, la Fiscalía ha elevado su petición de cárcel de ocho a once años, los mismos que pide una de las acusaciones particulares, mientras que la otra eleva su solicitud a doce años y la defensa solicita que la pena no sea mayor de diez.

Además, la Fiscalía solicita una indemnización de 25.000 euros para cada uno de los cinco hijos del fallecido y de 50.000 euros para la viuda.

En el veredicto se excluyó la posibilidad de que lo ocurrido fuera un asesinato porque el juez que presidió el juicio en la Audiencia de Sevilla retiró esa opción porque no apreciaba alevosía.

El jurado ha rechazado que la acusada estuviera bajo los efectos del alcohol por los testimonios de dos policías que se personaron en la heladería, situada en el barrio de la Macarena, pocas horas después del crimen, que se habría cometido entre las 5 y las 8 de la mañana del 9 de enero.

Los agentes, ha recordado el jurado, dijeron que la mujer se expresaba con normalidad y de forma coherente e incluso rechazó que registraran el local sin una orden judicial.

En el veredicto se explica que la mujer negó en un principio tanto a la Policía como a las hijas del hombre que conociera al fallecido, y luego confesó el crimen y el lugar en el que escondió el cadáver.

El jurado, que rechaza proponer al Gobierno el indulto total o parcial de la mujer, considera que la acusada mató intencionadamente al hombre, para lo cual le golpeó con un objeto contundente en la cabeza y lo dejó inconsciente o fuertemente conmocionado, luego se colocó de rodillas sobre su pecho y le estranguló con un cable u objeto similar.

Los forenses dijeron que la víctima, de 1,55 metros de altura y 60 kilos, había tomado un sedante y bebido alcohol hasta dar un índice de 1,39 gramos por litro de alcohol en sangre (el límite de la Dirección General de Tráfico para un conductor es de 0,5 gramos).

Los forenses, han señalado los miembros del jurado, afirmaron que se produjo un intercambio de golpes entre la acusada y su víctima, pero no pudieron determinar si el hombre, cuando fue estrangulado, estaba completamente inconsciente.

La acusada, según sus familiares, le dijo a sus hermanos que le llevaran a la Policía para entregarse por el crimen que había cometido, y les repitió en varias ocasiones: "Soy un monstruo".

Tras introducirlo en un congelador, la mujer tiró a un contenedor de basura unas llaves, tarjetas personales y unos zapatos del fallecido, según declaró la Policía.

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