La Audiencia de Barcelona juzga al supuesto violador del Eixample, Francisco Javier Corbacho

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DECLARA EN EL JUICIO

El conocido como 'violador del Eixample' asegura que solo recuerda dos de los cinco casos que se le atribuyen

El acusado ha explicado que los dos casos que recuerda fueron consentidos. Por su parte, la fiscal del caso asegura que se trata de un "verdadero depredador sexual" y que su condena evitará que pueda seguir violando.

La fiscal del caso del violador en serie que actuaba en el Eixample barcelonés y que está acusado de cinco agresiones sexuales en 2004, 2015 y 2016 ha asegurado este miércoles en el juicio que es un "verdadero depredador sexual" y que solo su condena y entrada en prisión evitará que pueda seguir violando.

En su informe final presentado ante la Sección 21 de la Audiencia de Barcelona en la última sesión del juicio, la fiscal ha mantenido su petición de pena de 90 años para el acusado Francisco Javier C.M.: 15 años por cada agresión sexual y otros 15 por tres robos con intimidación y una tentativa, además de 40 años de libertad vigilada.

La fiscal ha desgranado todas las pruebas que se han ido acumulando contra el acusado, ya que en las cinco agresiones se recogieron muestras de semen del portal donde ocurrieron las violaciones o en la ropa de las víctimas: coincidieron plenamente con el perfil genético del presunto agresor, y de hecho la de 2004 se descubrió años después gracias a estas muestras.

Además de estas pruebas biológicas están los testimonios de las víctimas, que reconocieron al acusado en fotoprinters de cámaras de seguridad de la zona y en posteriores ruedas de reconocimiento, y que mantienen un relato coincidente sobre el 'modus operandi': asaltaba a las víctimas de madrugada cuando volvían a casa y las violaba en el portal de casa amenazándolas con un cuchillo o destornillador.

En cambio, el acusado ha dicho en su declaración -únicamente ha querido contestar a su abogado, no a fiscal ni acusaciones- que solo recuerda dos casos de los cinco que se le atribuyen, y que los dos fueron consentidos, asegurando sobre el resto que no fue él o que no lo recordaba, y defendiendo que tenía herramientas por su trabajo de electricista.

El relato más detallado lo ha proporcionado sobre el caso de violación más grave, en el que hubo penetración vaginal, asegurando que fue consentida: "Yo jamás la forcé, ella quiso más". Según él, abordó a la mujer en el portal de casa el 31 de enero de 2016 porque se le había acabado la cocaína y quería más dinero para comprar una nueva dosis, y que le mostró un destornillador, aunque nunca se lo puso en el cuello. Al solo tener 10 euros, le propuso no quedárselos pero que ella le hiciera una felación, a lo que ella consintió, y, al proponerle él "hacer el acto sexual", ella le permitió penetrarla vaginalmente y decidió después seguir con la felación, siendo él quien finalmente la apartó.

Este relato contrasta con la declaración de la víctima y con los detalles aportados en su informe por la fiscal, ya que ella aseguró que su agresor la abordó por detrás en el portal, la amenazó con un destornillador, le pidió dinero y, al decirle ella que no tenía pero encontrarle 10 euros, la avisó de que por mentir "ya sabía lo que le tocaba hacer", por lo que posteriormente la violó.

La fiscal ha resaltado que las cuatro víctimas que han declarado en el juicio -una vive en Estados Unidos y no ha acudido- tienen afectaciones psicológicas debido a la agresión -en muchos casos, trastornos postraumáticos crónicos- que las han marcado de por vida, por lo que pide indemnizaciones de 20.000 ó 30.000 euros.

Detención

El acusado ha justificado que estuviera siguiendo a una chica cuando le detuvieron los Mossos d'Esquadra -que le estaban vigilando- en marzo de 2016 porque buscaba un portal donde consumir cocaína, ya que según su versión era un gran consumidor de esta droga.

De hecho, su defensa, que ha pedido su absolución y ha puesto en duda la cadena de custodia de las pruebas de ADN que le señalan en los cinco casos, ha esgrimido que, en caso de condena, se tenga en cuenta la atenuante de drogadicción y de arrebato. "Si he sido depredador, ha sido en el consumo de cocaína", ha espetado en el turno de última palabra el acusado, que asegura que consumía desde los 18 años -ahora tiene 40- y que esnifaba o fumaba esta droga diariamente, si bien según la fiscal no está acreditada la influencia de las drogas y en cualquier caso no tenía alteradas sus capacidades cognitivas y volitivas.

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