Perrera

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EN LA PROTECTORA ANIMAL DE TORREMOLINOS, MÁLAGA

Confirman la condena de casi cuatro años de cárcel para una mujer que exterminó a más de 2.200 perros y gatos

Los sacrificios se realizaban "sin control veterinario alguno", inyectando "sin previa sedación y por vía intramuscular, los productos eutanásicos" y suministrándoles "menores dosis del medicamento de lo que está indicado para producir una muerte indolora".

La Audiencia de Málaga ha confirmado la condena de tres años y nueve meses de prisión para la presidenta de la protectora Parque Animal, en Torremolinos, por delitos continuados de maltrato a animal doméstico y de falsedad en documento oficial y delito de intrusismo profesional.

En la sentencia también se condena a un trabajador de la asociación como cooperador necesario a un año de prisión por un delito continuado de maltrato a animal doméstico y un delito de intrusismo profesional. Además, la presidenta de la asociación Parque Animal tendrá que pagar una multa de 19.800 euros y el empleado de la protectora 3.600 euros.

La sentencia considera probado que los acusados ejecutaban los sacrificios de animales sanos y de distintas razas -fundamentalmente gatos y perros-, "sin control alguno veterinario, sabedores del sufrimiento que infligían". Así, señala que la responsable de la asociación inyectaba al animal, sin previa sedación y por vía intramuscular, los productos eutanásicos, mientras que el trabajador sujetaba al animal.

La acusada, además, "suministraba menor dosis del medicamento de la que está indicada para producir una muerte indolora, lo que, unido al empleo de una vía inadecuada que producía una absorción por el organismo más lenta del eutanásico que no llegaba directamente al torrente sanguíneo, provocaba al animal, generalmente, una muerte lenta y con dolorosa y prolongada agonía".

En este sentido, la sentencia apunta a que todo ello provocaba en los animales un padecimiento totalmente injustificado antes de morir, cuando en Parque Animal "se disponían de los medios personales y materiales suficientes para haberles causado una muerte indolora". Además, los sacrificios no atendían a ningún criterio por la edad o estado de salud del animal, o porque hubiesen transcurrido más de 10 años desde que fueran albergados sin pudieran haber sido cedidos a terceros.

Los acusados ejecutaban los sacrificios de perros y gatos indiscriminadamente y a medida que iban siendo albergados, "de forma sistemática y regular en el tiempo, en ocasiones hasta varias veces a la semana, incrementándose en los meses estivales, pudiendo llegar a sacrificar hasta varias decenas de animales en una sola sesión". Todo ello, lo hacían antes de que llegaran los empleados de Parque Animal. Por su parte, la protectora El Refugio ha calificado de "un día histórico" para la protección animal en España, ya que se va a poder ver "por vez primera entre rejas a una maltratadora" a la que habían denunciado desde hace "cinco años".

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