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DEBE PAGAR 140.000 A CADA UNO DE SUS DOS HIJOS

Condenado a 27 años de cárcel por asesinar a su esposa con 49 puñaladas, mutilar su cadáver en Almería y retener a los ocupantes de un vehículo

Huyó en vehículos robados tras retener contra su voluntad a sus ocupantes hasta Valencia, donde fue detenido por agentes de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES) de la Policía Nacional en el interior del hotel donde se alojaba.

La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a penas que suman 27 años y seis meses de prisión a Dosanu P. por asesinar en junio de 2014 a su esposa y, tras mutilar su cadáver, huir en vehículos robados tras retener contra su voluntad a sus ocupantes hasta Valencia, donde fue detenido por agentes de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES) de la Policía Nacional en el interior del hotel donde se alojaba. La sentencia le considera autor de un delito de asesinato cualificado por el ensañamiento con la agravante mixta de parentesco, otro de robo con violencia e intimidación con uso de arma, un tercero de detención ilegal, un delito de hurto de uso de vehículo y una falta de lesiones, y le impone el pago de una indemnización de 140.000 euros a cada uno de los hijos de 8 y 10 años del matrimonio "para paliar mínimamente el terrible e irreparable daño causado por la trágica muerte de su madre".

El tribunal de la Sección Tercera resalta la "virulencia" que empleó el procesado contra su "indefensa oponente", a quien asestó en el domicilio familiar del barrio de El Quemadero un total de 49 cuchilladas, le causó una quemadura "y le extrajo finalmente los ojos de sus órbitas en un claro desprecio a la dignidad de la víctima". El fallo dispone que Dosanu P., de 33 años, cumpla como máximo 25 años de internamiento en un centro penitenciario de acuerdo a la redacción del Código Penal anterior a la reforma de 2015 y declara extinguidas las penas de prisión que excedan ese límite. La Audiencia Provincial considera acreditado que cuando el acusado, quien reconoció "abiertamente" en el acto de juicio "haber dado muerte a su compañera sentimental asestándole múltiples cuchilladas", asesinó a Mariana M., de 32 años, no solo tenía intención homicida sino que también "presidía su comportamiento un íntimo propósito de satisfacer instintos de perversidad, provocando, con conciencia y voluntad, males innecesarios y máximo dolor a la ofendida".

Intenso sufrimiento

"Tuvo una reacción furibunda, acuchillándola brutalmente en diferentes partes del cuerpo, e, incluso, cuando estaba tendida en el suelo con vida pero con heridas letales, le asestó una cuchillada en la nuca, mortal de necesidad", remarca el tribunal que recuerda, asimismo, que "prendió fuego a un carné de identidad sobre el muslo de Mariana, que se hallaba aún con vida, causándole quemaduras absolutamente innecesarias para su propósito homicida y con lo que perseguía otro fin que acrecentar el ya de por si intenso sufrimiento de la víctima".

Dosanu P. cometió el crimen en la madrugada del 31 de mayo de 2014 tras una discusión en el domicilio familiar "a consecuencia de una supuesta infidelidad de aquella". Durante la discusión, con los dos hijos menores de edad de la pareja "durmiendo en la habitación contigua", el procesado "comenzó a golpearla en varias ocasiones en la cara" y, posteriormente, "con la intención de acabar con su vida", cogió un cuchillo de cocina y "comenzó a clavárselo en distintas partes del cuerpo, causándole un total de 49 heridas inciso-cortantes y punzantes".

Cuando Mariana M. cayó al suelo, Dosanu P. asió supuestamente otro cuchillo, de "menores" dimensiones, y, tras "arrodillarse sobre el cuerpo" de ella, "se lo clavó en la nuca, llegando hasta la base del cráneo, siendo esta última herida mortal de necesidad, por lo que acabó con su vida". A continuación, prendió fuego a una carta de identidad de Rumanía sobre el muslo derecho de la mujer y se dirigió "a la chabola-vivienda de su madre y hermano, donde le narró a este último lo sucedido", recoge la sentencia. Después, Dosanu P. y su hermano regresaron al domicilio familiar donde había perpetrado el crimen. El primero se marchó del lugar, "quedando allí el segundo haciéndose cargo de los menores y avisando a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de lo ocurrido".

La huida

Ya amaneciendo, el acusado, "con la idea de huir", llamó a un taxi en la Avenida Pablo Iglesias de la capital, y le pidió que le llevase hasta Níjar, donde se introdujo en un bar del pueblo en el que permaneció alrededor de una hora. El escrito indica que observó entonces entrar en el local a un hombre que había dejado estacionada su furgoneta con la puerta abierta, las luces encendidas y las llaves puestas, y que aprovechó para salir, arrancarla y poner rumbo a Murcia"hasta que al llegar a la altura del kilómetro 5 de la N-341, se salió de la calzada, por lo que se vio obligado a abandonarla". Un conductor que circulaba por la vía se paró a "socorrerlo" pero Dosanu P. esgrimió un cuchillo de "unos seis o siete centímetros de hoja", se introdujo en el coche por el asiento del piloto "mientras que le insistía al hombre que se colocará en la parte del copiloto".

"Sin necesidad para sus fines, el acusado le privó de su libertad ambulatoria y para causar temor en él, le colocó en el cuello el arma blanca con tal presión que llegó a causarle una herida superficial de dos centímetros". Finalmente, logró su objetivo y emprendió la marcha por la Autovía del Mediterráneo (A-7) en dirección a la Ciudad Condal hasta que, a la altura de Valencia, se produjo el reventón de una rueda. Dosanu P. abandonó a su rehén y el turismo, y buscó refugió en un hotel, donde fue detenido en la mañana del 1 de junio por agentes de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES) de la Policía Nacional.

Busca y captura internacional

Precisamente, la Policía Nacional le había declarado en busca y captura nacional e internacional y difundido su imagen a través de las redes sociales Twitter y Facebook. Las primeras hipótesis apuntaron a que podría haber elegido Barcelona como punto de salida en avión hasta Rumanía, por lo que se activó una estrecha relación entre el Grupo IV de Homicidios de la Policía Nacional y el Grupo de Homicidios de Valencia. En concreto, fue detenido a las 7,00 horas tras contrastar un listado de establecimientos donde sospechaban que podría haberse alojado. Contra el procesado, en prisión provisional desde el 3 de junio de 2014, actuaron como acusación particular la familia de Mariana M., y como populares tanto Junta de Andalucía como Abogacía del Estado.

El tribunal de la Sección Tercera, frente a las penas de 29 años y seis meses de prisión que interesó el fiscal, impone al procesado un total de 20 años de prisión por el delito de asesinato cualificado con ensañamiento, cuatro años de prisión por el delito de robo con violencia e intimidación con utilización de arma, tres años y medio por el delito de detención ilegal y sendas multas de cinco meses a razón de seis euros al día, y de un mes con cuota diaria de seis euros por un delito de hurto de uso de vehículo a motor y una falta de lesiones.

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