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SON CIENTO TREINTA COCHES REUNIDOS POR UN COLECCIONISTA

Coches fúnebres en miniatura: una colección única en el Tanatorio de Palencia

En el Tanatorio de Palencia se expone estos días una muestra de vehículos fúnebres en miniatura reunidos por José María Baena, que lleva 30 años sumando coches a su amplia colección.

Coches fúnebres tirados por caballos, cadillacs funerarios, elegantes Rolls Royce, clásicos Ford y Volkswagen componen una singular flota en miniatura, la que forman los 130 vehículos fúnebres que Jose María Baena lleva 30 años coleccionando y que se muestran ahora en el Tanatorio de Palencia.

"Es una colección poco habitual, pero sorprendente y singular. Y, lejos de ser triste y luctuosa, despierta la curiosidad de todos los que vienen a verla", dice el propietario, José María, un jubilado de AENA, apasionado de los coches en miniatura.

En su casa de Barcelona junta una colección de 2.500 piezas, turismos, camiones, coches de bomberos y ambulancias llenan estanterías de pasillos y habitaciones, con permiso de su mujer.

Ella fue la que le regaló el primer coche fúnebre, un Rolls Royce en miniatura con el que abrió la puerta a una pasión nueva por la que Baena dejó de lado al resto de su flota automovilística.

Una 'curiosa obsesión' que le ha llevado a reunir una colección 'única' en España, formada por 130 vehículos fúnebres, entre los que hay de todo, clásicos, modernos y antiguos, más o menos lujosos, tirados por caballos, cadillacs funerarios de la época de Elvis Presley, elegantes Rolls Royce, y los clásicos Ford T, Volkswagen, Opel y Mercedes.

Una colección en la que predomina el negro, con lujosas excepciones en rojo y crema, en su mayoría acompañados por el féretro al estilo de la época, y en algunos casos formando pequeñas composiciones en las que personas en miniatura se funden en abrazos para completar la escena de duelo.

Están los primeros coches motorizados, pero en pequeño, los que imitaban a las carrozas fúnebres victorianas con muchos ornamentos en el exterior, los hay que llevan faroles y campanillas, otros más sobrios con bocinas y sirenas y muchos estilo limusina o tipo furgoneta.

Hay incluso algún coche fúnebre de juguete, de los que los padres americanos regalan a sus hijos, "porque aquí en España somos más dados a regalar coches de bomberos y hasta ambulancias, pero no se entendería regalar un coche fúnebre a un niño -comenta Baena-".

Algunos de los coches son obras únicas y con el tiempo han llegado a alcanzar precios entre 700 y 1.000 euros e incluso convertirse en artículos de auténtico lujo, como el Fiat 1.400 realizado en fibra y conseguido en Italia, que ha llegado a valer hasta 2.000 euros.

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